Un fotógrafo llamado Jörg M. Colberg encontró la manera de comprimir fotografías digitales y que en vez de perder su calidad, se resalte su belleza e impacto.
La técnica que Colberg utiliza es, en esencia, muy sencilla: el chiste es modificar la imagen con extensión .jpeg de manera que en el mismo plano coexistan bloques de pixeles de diferente tamaño y grado de compresión, este método es llamado “compresión adaptativa”.
Generalmente, la compresión normal de imágenes hace que los bloques de pixeles tengan un mismo tamaño y grado de unión, lo que la mayoría de las veces sólo modifica su presentación de manera negativa estropeando la calidad de la imagen.
Así es que mediante un simple código de programación Colberg hizo que al comprimir la imagen se pudieran crear grandes bloques en áreas donde existe poca variación de color y pequeños bloques en los demás lugares.
Como resultado, se obtienen imágenes que combinan lo irreal con lo real y despliegan una capacidad creativa impresionante; sin duda una excelente manera de unir la fotografía y la programación en una atípica forma de arte. En ESTE SITIO puedes encontrar la galería completa.
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